VISITA A LA EXPOSICIÓN MARUJA MALLO EN EL CENTRO BOTÍN

 

Mujeres ignoradas, mujeres olvidadas, mujeres invisibles. Lo sabíamos, pero me ha resultado tremendo comprobarlo viendo la ingente obra de Maruja Mallo en el Centro Botín de Santander, una mujer desconocida aún por la mayoría.

Así es que en estos días me he vuelto a recrear en la lectura de #LasSinsombrero”, las mujeres de la Generación de intelectuales y artistas del 27, Generación del 25 como las ha renombrado el director cultural, Federico Buyolo, rompedoras, avanzadas, visionarias, pioneras, libres, primeras estudiantes de la Universidad cuando se abrieron en España las aulas para las mujeres reunidas en torno la Escuela de Bellas Artes y a la Residencia de Señoritas, hoy sede de la FUNDACIÓN ORTEGA-MARAÑÓN, institución que recoge este legado a través de los Premios «Maruja Mallo» que me honro haber recibido en la categoría de Igualdad.

“UN DÍA SE NOS OCURRIÓ a Federico (Lorca), a Dalí, a Margarita Manso, que era estudiante de Bellas Artes, y a mi quitarnos el sombrero porque decíamos parece que estamos congestionando las ideas, y atravesando la Puerta del Sol nos apedrearon llamándonos de todo, insultándonos como si hubiéramos hecho un descubrimiento como Copérnico o Galileo”. Este relato de Maruja Mallo nos da idea de cómo fue esta avanzada mujer, moderna y singular que denomina “estudianta” a su amiga Margarita, “artista vanguardista, la pintora de grandes lienzos llenos de colores, movimiento y geometría. Ella que se quitó el sombrero, que quiso ser pintor y no pintora; ella, que amó a todos los hombres que quiso amar y lo hizo sin prejuicios; ella, que rompió todos los límites que a priori se le imponían por el absurdo hecho de ser mujer” – tal como describe TÀNIA BALLÓ COLELL, autora y estudiosa de Las Sinsombrero. Os recomiendo que en estos días de descanso, os dejéis acompañar por lo publicado sobre estas mujeres.

Aquí comparto obras expuestas en el Centro Botín, de la serie “Las verbenas” de Maruja, obras que según ella misma comentó, “son cósmicas, donde los movimientos eran rotativos, como la noria, el carrusel, los volantes, para mi era un mundo mágico”. De esas verbenas, Federico dijo que “son los cuadros que ha visto pintados con más imaginación, con más gracia, con más ternura y con más sensualidad”.

También la foto junto a los amigos con los que acudí, convocados por la Fundación Iberoamericana Empresarial y su Director, Miguel Ángel Cortés; de izquierda a derecha: José Manuel González-Páramo, Carmen Gisela Vergara Mas, Isabel Ojeda, John Rutherford, María José Álvarez y Miguel Ángel. Posamos con la fotografía que Pablo Neruda le tomó a Maruja Mallo, que luego ella compuso, a su manera. Una genialidad.

Entre mar, tierra, montaña, campo, atardeceres, lecturas y arte, y mucho relax entre gratas conversaciones, os deseo que disfrutéis de un merecido descanso, en unas bonitas vacaciones.